lunes, 12 de septiembre de 2011

Memorias XV

No quiero perderme nada. Deseo jugar con la locura y experimentar con el amor. Sacar de paseo la lujuria y convivir con el dolor. Dejarme mojar por la lluvia de verano y recaer en invierno. Perderme a la deriva y morir en el intento. Vivir deprisa para morir despacio. Romper con todo y empezar de nuevo.

Quiero soñar con fuego en mis ojos y tocar lo imposible. Correr eternamente. Luego reposar. Dejarme atropellar por un carrusel de colores. Despedazar lo más frágil y coser las piezas de nuevo. Volar por los rincones oscuros. Brillar aún más la claridad. Contentar a los iracundos y sacar de quicio a los impasibles. Trepar por muros invisibles y acabar hundido en un pozo sin fondo. Rellenar los huecos que dejaste. Vaciar todo lo que conseguiste.

Seguir el camino que marcaban sus huellas. Conocer la rueda que hace girar el mundo. Disfrutar de mi último segundo en la tierra. Explotar las sendas que manchan el universo. Exprimir las palabras para formar nuevos versos. Cambiar el sentido que perdió el viento y perseguir el arrepentimiento. Vivir a matar. Matar para sobrevivir.

Despertarme temblando de nostalgia y olvidar los malos momentos. Contaminar las ideas más puras y revolucionar los tiempos de sosiego. Sangrar petróleo en los campos y plantar rosas de alquitrán. Detonar la bomba que salvará a la humanidad. Aliviar las penas que sufren los mártires al pecar. Revisar los papeles que perdieron los sabios. Escribir la lista de mis deberes.

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