viernes, 14 de octubre de 2011

Pequeño ensayo sobre la nostalgia y el mar


Es un dolor extraño. Morir de nostalgia por algo que no vivirás nunca.

Seda. Alessandro Baricco.

Resulta inevitable concebir una ciudad rodeada por un océano y no acabar sintiéndose inmerso en un mar de nostalgia. Dicen que quizás sea debido a esa sensación de aislamiento que sufrimos cuando las fronteras son de agua, de lejanía cuando el azul es infinito o de soledad cuando no conocemos el misterio que ocultan las profundidades del mar. Puede que sean otras razones por lo que las ideas de lo marítimo y lo melancólico se encuentren tan asociadas, pero bien es cierto que para mirar al horizonte desde el muelle de un puerto es necesario afrontar las consecuencias del pasado.

Existen muchas formas de nostalgia. Está la que sangra viejas heridas al soñar con aquello que se tenía, el perfume que te hizo recordar y el abandono que se intenta pero no se puede olvidar. El intento fallido de regresión, lo que deseaste cambiar aquella noche y la añoranza de lo que nunca sucederá en el futuro. Viajar en el tiempo a través de una canción, de antiguas fotos o de una difusión de vivencias. Aferrarse a tiempos pasados que creímos mejores, anhelar tierras que dejamos atrás y amores perdidos que ya no podremos recuperar. Echar de menos lo que ya no somos, la memoria cariñosa de la niñez y aquel juego que te regalaron por navidad. La melancolía marítima, lamorriña gallega y la saudade portuguesa.

Dejando a un lado el frágil concepto de nostalgia, podemos encontrar dos ejemplos de su forma de expresión musical, dos géneros de canción que tienen un mismo origen marítimo pero que nacieron en distintos puertos: el Fado portugués y el Tango argentino. El Fado lisboeta puede ser considerado como la máxima expresión de la saudade, definida como el bem que se padeçe y mal que se gosta, el alma lusitana de una nación que se mira atrás como el imperio que fue y dejó de ser. Esta idea de la búsqueda de la gran lusitania se puede ver reflejada en la obra más importante de la lengua portuguesa, Os Lusiadas de Camões. Asigna al pueblo descendiente del luso una singularidad de pueblo elegido, al referirse a ellos como una nación destinada a la gloria, basada en su eterno recordar de la patria, en contraposición con los pueblos que se olvidan de ella. La aventura marítima portuguesa cobraría fuerza en el siglo XVI, mientras el país atravesaba una época de crisis y decadencia y comenzaba a desarrollarse toda una tradición de canções marinheiras, fatídicas y nostálgicas sobre la tierra que se deja y no se sabe cuando se regresará.


Cais do Sodré, Lisboa, Portugal. 2011.

Por otra parte, el origen del Tango se sitúa en los sectores marginales de la sociedad rioplatense, principalmente prostíbulos y cafetines orilleros, durante la enorme ola inmigratoria que alcanzó a Argentina a finales del siglo XIX. El tango, nacido de la convergencia cultural entre emigrantes europeos, descendientes de esclavos africanos y de los nativos porteños, refleja en sus letras las penurias y amarguras de los inmigrantes trabajadores y desarraigados que llegaban a un continente desconocido en busca de una nueva vida. Una narración de cómo sus esperanzas se fueron viendo frustradas, y de las posibles causas de sus fracasos. Estos contenidos, son proclamados además sin ninguna concesión a las misificaciones o falsos consuelos.

Ambos géneros presentan muchas similtudes en cuanto al orígen y a la temática de las canciones aunque con alguna que otra diferencia. Mientras la saudade portuguesa añora las personas que tuvieron que emigrar hacia un nuevo mundo y lo que en su día llego a ser la nación lusitana, la nostalgia argentina echa de menos todo lo que dejaron atrás los inmigrantes y la ilusión perdida por lo que pudo llegar a convertirse un país a través de mitos y leyendas que jamás llegaron a suceder.

Puerto de Montevideo, Urugay. 2010.

Pero lo realmente importante acerca de la nostalgia es la necesidad de su presencia, su combate eterno contra el olvido y el poder melancólico en el que nos vemos envueltos cuando nos encontramos en ciudades como Lisboa, Montevideo, Buenos Aires o Valparaíso. Bien es cierto que los humanos tenemos una disposición ocular para mirar hacia delante pero echar la vista atrás, recordar la chica de ayer con los parabrisas empañados, te puede hacer sentir más vivo que aquel que quiere olvidar eternamente y que se verá más de cerca la muerte. La nostalgia es una prueba real de nuestra existencia porque, al final, la mente es el único medio de transporte capaz de viajar hacia el pasado.

Nostalgia. Una emoción delicada pero fuerte. Teddy me dijo que en griego nostalgia significa literalmente el dolor de una vieja herida; es una punzada en el corazón, mucho más poderosa que la simple memoria.

Donald Draper. Mad Men.

No hay comentarios:

Publicar un comentario