Dicen que un hombre, tarde o temprano, acaba encontrándose consigo mismo en el momento exacto en que es capaz de seguir su propio rastro, pisar sus propias pisadas. En ese instante uno sabe realmente quién es y a dónde va. Eso mismo le ocurrió al chico que repartía los periódicos en el pueblo. Un día decidió que era hora de conocerse a sí mismo y empezó a caminar. Anduvo por ciudades invisibles, por rincones perdidos en los mapas, por autopistas desiertas y por carreteras sin nombre; pero nada de aquello le hizo ser feliz. Nada de aquello le hizo cambiar.
ombre que caminó durante cinco años en busca de su sitio. No, tan sólo soy un hombre que se perdió y tuvo que regresar avergonzado. No, tan sólo soy un hombre que tuvo que pisar sus propias pisadas para volver atrás. No, tan sólo soy un hombre atormentado con visiones que quiere olvidar. Y recordar aquellos sueños que le hicieron saber realmente quién era y a dónde iba.
¡Graaaandeeee!
ResponderEliminar